“No vas a ir a lo de Ana”. Recordó perfectamente las palabras de su padre. Luego, los dos disparos y el cuerpo del hombre cayendo de bruces al suelo. Casi de inmediato, los gritos de su madre observando la escena. Y ella intentando detenerla hundiendo el cuchillo en su espalda una y otra vez hasta que la mujer quedó totalmente inmóvil. Se recordó encerrando a sus dos hermanitos en la despensa para que no vieran el horror. Evocó a la perfección cada detalle, cada segundo del hecho, y se sintió aliviada. Ahora sí podía ir a escribirlo en su blog.
#noviembredecuento
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