Coleccionaba autos caros. Las marcas más renombradas se encontraban en el gran estacionamiento de su casa. Allí llevaba a amigos y conquistas románticas extramatrimoniales para exhibirles sus lujos. Durante horas les relataba las bondades de cada uno de los vehículos, la cantidad de dinero que había gastado en ellos y en los viajes donde los adquiría. También solía fotografiar a su esposa subida a los autos para luego subir las imágenes a redes sociales. Cansada de las traiciones, la mujer tomó un bidón de nafta y roció todos los vehículos. Fue una fogata valuada en cinco millones de euros.
#noviembredecuento
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