El primer disparo suena en la tupida
arboleda. Inmediatamente el hombre que viene al frente del grupo se desmorona.
Los que lo siguen corren a cubrirse detrás de la roca o el arbusto más cercano.
Algunos hacen cuerpo a tierra. Las balas extraen remolinos de polvo del suelo
seco, como gotas del inicio de una tormenta de verano. Algunos de los que se
han arrojado al piso responden a los disparos con sus propias armas. Ninguno
puede ver a quienes los atacan. Uno a uno los hombres del grupo son
acribillados. Luego no más disparos, sólo el silencio.
#noviembredecuento
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